Extrait du livre Corazón de Ballena
Corazón de Ballena Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Había una vez un país helado en lo más alto de la tierra... llamado el Ártico. Cuando el largo invierno por fin daba paso a un corto verano, el hielo revelaba una colorida alfombra de flores y hierba suave. Era entonces cuando los Inuit iban a pescar en el océano para abastecerse de peces y prepararse para el próximo invierno.
Un día, un pescador llamado Outek (Útek) estaba preocupado porque la pesca era escasa. Las crías de peces parecían escapar de sus redes y los pocos salmones o arenques que capturaba eran tan pequeños que se compadecía de ellos y los devolvía al mar... Esto enojaba a su esposa Pádmut...
PÁDMUT : ¡Crees que puedes engañar al gran señor y dejar que los peces pequeños se vayan! ¿De qué te sirve tener un corazón grande como el de una ballena si tus hijos tienen hambre? Será mejor que captures suficientes peces para alimentar a nuestra familia... ¡Tu generosidad no llenará nuestros platos! Pádmut no era una mala mujer, pero su dura vida y sus preocupaciones habían empañado poco a poco su carácter. Que era sombrío como un cielo oscuro, y su rostro siempre parecía molesto…
Al día siguiente, al amanecer, Outek sacó su bote. Navegó entre los bloques de hielo, mirando la superficie del agua en busca de signos de la presencia de peces, cuando algo en la costa llamó su atención. Delante de las dunas de la tundra, vio una gran playa de tierra y piedras, sobre la que descansaba una enorme roca negra y brillante. OUTEK : ¡Me pregunto cómo llegó esa roca a la playa! No había nada aquí ayer, estoy seguro…
Remó hacia la orilla, salió del bote... y fue a tocar la piedra brillante... La roca abrió un ojo del tamaño de un hombre. Outek retrocedió… ¡Era una ballena Boreal! OUTEK : ¡Rápido! ¡Mi lanza! No sé cómo terminó esta ballena aquí, pero estoy seguro de que llenará nuestras alacenas durante todo el año. ¡Qué suerte! ¡Pádmut no lo creerá!
Una suave voz lo detuvo de pronto… BALLENA : ¡No me mates, pescador! Outek se volteó. La ballena lo estaba observando… BALLENA : El invierno fue largo... Tengo casi cien años... Llegué con la marea a descansar un momento en la playa... y me quedé dormida. Y aquí estoy, varada, estaré perdida si no me ayudas...