Extrait du livre El príncipe de las hojas
El príncipe de las hojas Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Había una vez un vasto bosque en el corazón de Europa. Nadie sabía dónde comenzaba o dónde terminaba. Era un reino misterioso, lleno de criaturas encantadas. Ocultos entre las ramas, escondidos en los arbustos, en los agujeros de las raíces de los árboles, los centinelas invisibles vigilaban el corazón del bosque... ¡Y ay de los que perturbaran la paz de aquellos árboles milenarios!
Se cuentan muchas historias sobre el Bosque Negro, como la del Príncipe de las Hojas… Todo comenzó en una noche con luz de luna… Una sombra vagaba de árbol en árbol, como si estuviera buscando algo.
De repente, notó un viejo roble que era más alto que los demás... Con mucho cuidado, la sombra colocó una canasta al pie del árbol… SOMBRA : Adiós, mi pequeño Hans. Te amo más que a nada, pero soy muy pobre para alimentarte. ¡Que el bosque encantado te proteja! La sombra tocó al niño dormido por última vez y luego se alejó.
Arriba, en el denso follaje, dos orejas puntiagudas merodeaban... Una rama del roble se inclinó hacia abajo y levantó la canasta suavemente… Alguien gruñó dentro del árbol… JARÁLDUS : ¡Cuidado, mi viejo amigo, es muy valioso! Ponlo a mi lado... ¡Ahí, sí, así!...
El bebé abrió los ojos y descubrió un gran cabello desordenado, ojos increíblemente verdes y unos dedos ásperos que le cosquilleaban las mejillas. JARÁLDUS : Buenas noches, pequeño Hans, bienvenido a la tierra de los elfos. Sonrió y extendió la mano para tirar de la nariz del elfo. Y así nació la amistad entre Hans, el niño del bosque negro, y Jaráldus, el elfo benevolente con ojos de esmeralda...
Jaráldus crio a Hans como si fuera su hijo. Le enseñó a leer las estrellas, a entender el lenguaje de las flores y a hablar con los animales. Pasaron los años... y Hans se convirtió en un joven. En cuanto a Jaráldus, su cabello estaba enhebrado con plata y su pequeña y glotona panza se había hinchado...