Extrait du livre Sine y Saloum
Sine y Saloum. Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Existe, en África, un pequeño paraíso que llaman el Delta Síne Saloum. Entre la tierra y el mar, el agua dulce se mezcla con el agua salada y crea un paisaje asombroso de bosques flotantes con raíces expuestas y playas de arena rosada donde conviven pacíficamente todo tipo de animales. Según la leyenda, este delta nació gracias a dos niños, Síne y Saloum
Dos pueblos estaban frente a frente a ambos lados de un río. Uno era hogar de ganaderos, y el otro de pescadores. De una orilla a otra, los aldeanos vivían sin siquiera tomarse el tiempo para conocerse. ¿Por qué era esto? Porque siempre había sido así... Todos se mantenían a su lado del río, como la naturaleza lo destinaba...
Sine era la hija de un pastor de ganado. Todos los días, llevaba a la manada hasta el río, donde bebían y se bañaban. Un día, se fabricó una flauta con una rama de Ditak. Feliz con su nuevo juguete comenzó a tocar, mientras caminaba a lo largo del río, y las vacas la seguían obedientemente. Se dejó llevar por su música, y se apartó de su abrevadero habitual, caminó más allá del río. Cuando finalmente se detuvo...
En la otra orilla del río, un niño arreglaba sus redes de pesca. Se miraron cuidadosamente. Sine dejó que su ganado entrara al agua, la cual era menos profunda allí. Algunas reses dieron unos pasos, mientras que otras, se recostaron para refrescarse.
Una de ellas, la más joven, miró con curiosidad las redes estiradas en cañas de bambú al otro lado del río. El sol brillaba sobre las cañas, erguidas como las piernas de un flamenco. La vaca cruzó el río... Sine, sumida en su música, no vio lo que estaba sucediendo. De repente, escuchó gritos… SALOUM : No te acerques, ¡sucio animal!
El niño lanzaba agua furiosamente al animal para espantarlo. Pero la vaca fugitiva pensando que el niño quería jugar, comenzó a patear, aplastando las redes de pesca. Las cañas se derrumbaron, liberando a los peces de vuelta al río. SALOUM : ¡Vaca tonta, mira lo que hiciste! ¡Te mataré por derribar mis redes! Saloum tomó su arco con furia y sacó su aljaba... pero Sine saltó al agua, implorándole…
SINE : ¡No!, te lo ruego, no mates a mi vaca... Debí haberla cuidado mejor, ¡todo fue mi culpa! ¡No la mates, por favor! El chico frunció el ceño. La vaca parecía tan indefensa en el río, mirándolo con sus dulces ojos... Y bajó su arco… SALOUM : Llama a tu estúpido animal y vete, ¡no son bienvenidos aquí!