Extrait du livre Vassilia y las muñecas rusas
Pascale Vignali Illustrated by Justine Cunha Le Regard Sonore Editions Vassilia y las muñecas rusas Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Una vez existió la taiga, un gran bosque de nieve. Reino del lince y el sable, su nombre era una invitación a viajar, una promesa de aventuras maravillosas en el corazón del gran bosque ruso... A quienes desafiaron sus terribles inviernos helados, la taiga reveló maravillas. Y para aquellos que voluntariamente se perdieron en él, la Reina del Bosque reveló sus historias secretas y su magia...
Vassilia amaba este salvaje lugar, lejos del ruido de la ciudad. Desde la infancia, había estudiado el Gran Bosque. Ni las peleas de los osos, ni los tristes aullidos nocturnos de los lobos le causaban temor. Su vida a veces era difícil, pero a Vassilia le encantaba escuchar el murmullo del viento en los pinos y ver cómo el sol sacaba flores de luz desde la maleza de su querida taiga...
Un día de otoño, Vassilia estaba recogiendo leña para el invierno. De repente, escuchó un sonido como el de un trueno retumbando en el bosque. La tierra tembló bajo sus pies y un trineo negro salió disparado a través de los árboles detrás de ella. Era tirado por un enorme jabalí con ojos como brillantes brasas rojas. Sus pezuñas sacaban chispas. Sentada en el trineo, una figura encapuchada rompió el aire con su látigo.
vassilia evitó por muy poco, la espantosa aparición que pasó a su lado con paso infernal. Algo cayó del trineo que desapareció entre los árboles como un fantasma. Vassilia nunca había visto algo así... Recogió el objeto caído. VASSILIA Un tronco... ¡Y hay algo escrito en él! "golpea tres veces en el tronco y Mamouschka acudirá al llamado". Vassilia dudó. Si Mamoushka se parecía a la criatura de pesadilla que acababa de pasar por el bosque, ¡no tenía deseos de conocerla! Pero la curiosidad se apoderó de ella. Golpeó el tronco...
El tronco cayó de sus manos de inmediato. Y apareció una bonita muñeca de madera con mejillas rojo cereza. ¡La muñeca giró y ¡tará! Apareció una segunda muñeca más pequeña, que también giró y ¡tará! Apareció una tercera muñeca aún más pequeña, que, a su vez, se dio la vuelta y ¡tará! Apareció una cuarta muñeca aún más pequeña, que giró y ¡tará! Una quinta y última pequeña muñeca apareció... MAMOUSHKAS : ¡Hola! ¡Somos las Mamoushkas! ¿Qué podemos hacer por ti?
Vassilia se quedó sin palabras. Las muñecas la miraban, sonriendo como si fuera lo más natural del mundo... VASSILIA : Bien.... Estaba recogiendo leña para el invierno... Pero son tan peque...