Extrait du livre Aada la niña de la nieve
Aada, la niña de la nieve Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Había una vez un país muy frío, con suntuosos paisajes blancos, dotados de miles de lagos azules y helados, y un sinfín de bosques de pino rociados de nieve durante todo el año… En la parte norte de esta tierra invernal vivían los Sami, que eran pastores de renos.
Estos pastores de enormes hordas seguían el movimiento de sus animales, quienes cada semana viajaban a Laponia, el reino del sol de medianoche. Allí, el sol brillaba todo el día y toda la noche, sin sumirse jamás bajo el horizonte, y pintaba perlados rayos sobre los prados nevados…
Los Sami siempre habían sabido que compartían esas extraordinarias tierras con criaturas mágicas, algunas amables, y otras aterradoras... Es por eso que les pedían a sus hijos que nunca jugaran solos junto a los grandes lagos. Les atemorizaba aquello que acechaba bajo las oscuras aguas…
La pequeña Aada (Éida), una niña de la nieve, era consciente de todo esto, pero también era rebelde e intrépida… Constantemente desobedecía a su padre Kosti y seguía las huellas de una liebre o iba a pescar sola, como los adultos…
Un día, mientras la niebla se levantaba lentamente sobre el lago, la pequeña niña notó un extraño movimiento cerca de la orilla. AADA : ¿Qué clase de pez se esconde ahí debajo… un lucio tal vez? ¡Mi padre estaría muy orgulloso de mí si lo pescara para la cena!
Se agachó sobre el agua… y se encontró de frente con el rostro de una encantadora y sonriente mujer. Era una sirena de los lagos congelados. Su largo cabello rubio flotaba a su alrededor como suaves algas, y sus enormes ojos azul marino brillaban como dos gemas en el sol. SIRENA Hola… ¿Te gustaría venir a jugar conmigo en el fondo del lago? AADA No puedo… mi padre dice que es muy frío. ¿Pero no habrás visto un lucio pasar por ahí?
SIRENA : No… sí, tal vez, ¿te gustaría atraparlo? AADA : Sí, será una sorpresa para mi padre. ¿Podrías ayudarme? SIRENA : ¡Claro! Nada conmigo, lo atraparemos juntas. Si me das tu mano, podrás respirar bajo el agua, igual que yo y no tendrás frío. ¡Ven!