Extrait du livre Pepin el listo
Pepin el listo Autor Pascale Vignali Illustrasa por Justine Cunha Publicado por Le Regard Sonore Editions
Había una vez, un país bañado por el sol llamado... España. Allí, a la gente le encantaba celebrar, cantar y bailar al son de las guitarras y las castañuelas. También disfrutaban de contar historias... como ésta…
Pepin vivía en una pequeña casa rodeada de olivos. Era pequeño para su edad... De unos 13 cm en total... Pero era tan brillante y tan alegre como cualquier otro. Un caluroso día de verano, una mariquita voló hasta la casa para refrescarse. Su nombre era Olguita. Pepin le hizo mil preguntas sobre su mundo de insectos y se hicieron muy buenos amigos…
PEPIN : Olguita, ¿qué hay afuera, más allá de los olivos? OLGUITA : Un campo de trigo dorado. Una aldea también, con techos tan rosados como la lengua de un gato. Y un castillo, Un viejo castillo abandonado, sobre una colina, custodiado por doce gigantes...
PEPIN : ¡Gigantes! OLGUITA : ¡Sí, con cuatro brazos y cascos puntiagudos! Cuando sopla el viento, mueven sus brazos para volar, pero son demasiado pesados para despegar.
Pepin estaba ansioso por ver todas estas maravillas con sus propios ojos. Un día, le pidió permiso a su madre para salir de la casa... MADRE ¡Mi Pepin, el mundo es tan grande y tú eres tan pequeño! PEPIN ¡Soy pequeño, pero soy inteligente, mamá, ya lo sabes, Por favor… Sí… la madre de Pepin lo sabía... Suspiró... MADRE (Gesto) Está bien. Aquí hay una moneda de 10 pesetas para comprar golosinas en el pueblo. ¡Regresa antes del anochecer!
Emocionado, Pepin emprendió su viaje. Rodando la moneda delante de él en el camino, y Olguita volando a su lado. Al pasar bajo una cerca, Pepin sintió que la tierra temblaba bajo sus pies…” Bum, Bum, Bum” Olguita voló más alto para tener una mejor vista… PEPIN ¿Qué es? ¿Un gigante? OLGUITA ¡No, es un toro salvaje, y parece furioso! Está golpeando un manzano... como si tratara de arrancarlo.
Pepin trepó la cerca… PEPIN : ¡Oye! ¡Tú! ¡Chico rudo! ¡Detente! El animal corrió hacia ellos y se detuvo justo frente a la valla, nubes de vapor salían de su nariz… BERNARDO : Ocúpate de tus asuntos, pequeño... pequeño... gusano PEPIN : ¡No soy un gusano! ¡Soy Pepin el listo! ¡Y me siento mal por ese árbol que estás maltratando!